Siete bogeys en los primeros doce hoyos no fue la mejor reaparición de Tiger Woods después de más tres meses fuera de las canchas de juego. Un birdie entre ellos y otros tres más en los últimos seis en el Congressional Country Club sirvió para maquillar una tarjeta con 74 golpes del exnúmero uno del mundo en el Quicken Loans National, evento del cual es anfitrión.
Tampoco se podía esperar mucho más de un Tiger que por pura lógica está fuera de punto tras su lesión. «Creo que la parte más difícil fue coger el ritmo de competición», dijo Woods. «No es lo mismo jugar con tus amigos que disputar un torneo de alto nivel, no es lo mismo. La adrenalina está a flor de piel lo que hace que golpee la bola más lejos aquí de lo que la golpeo en casa.»
Woods cazó nueve de catorce calles y cogió diez de dieciocho greens debido a sus problemas con los hierros y el juego corto. En cuanto al putt, lo utilizó en 31 ocasiones. «Cometí muchos pequeños errores», declaró un satisfecho Woods. «Así que jugué mucho mejor que lo que indica el resultado, lo cual es bueno.»
En cuanto a su lesión, «No tuve ningún problema con ello», dijo. «No noté pinchazos ni nada parecido, me sentí fantástico.»
Tiger figura por debajo de la media tabla con +3 en su casillero (a uno del corte provisional), lejos del -5 (66) de Greg Chalmers, australiano que lidera con uno de ventaja sobre el estadounidense Rickie Barnes y el sueco Freddie Jacobson (67).