Hay quienes todavía lo ven como algo lejano, pero absolutamente nadie a estas alturas de la película duda sobre las posibilidades de que Tiger Woods sea capitán americano para la Ryder Cup. Es algo que todo el mundo del golf sabe que sucederá tarde o temprano y, a tenor de las afirmaciones que ha realizado el jugador californiano hace unas horas en la previa del PGA Championship, empiezan a planear las sospechas de que el ex número uno mundial será el hombre que conduzca a Estados Unidos en la cita que se vivirá en Adare Manor en 2027. ¿Pero podría adelantarse?
“Todavía estamos hablando. No hay nada confirmado todavía. Seguimos trabajando para ver cómo podríamos plasmarlo en un futuro”, afirmó el quince veces ganador de Majors a colación de las conversaciones que viene manteniendo en los últimos meses con Seth Waugh, director ejecutivo de la PGA de América.
Una designación con la que completaría el círculo después de haberse desempeñado como capitán durante la Presidents Cup de 2019. Sin embargo, no todo el horizonte apareje despejado. Y es que al estadounidense se le plantean dudas cuando se cuestiona cómo podría compaginar esa tarea con la de vicepresidente de PGA Tour Enterprises y con su paulatina vuelta a la competición.
“En estos momentos, estoy dedicando todo mi tiempo en ver cómo evoluciona el PGA Tour. No quiero asumir el papel de la capitanía si no puedo dar el cien por cien”, confesaba Tiger a las preguntas de los periodistas. “La Ryder Cup implica mucho más allá que el propio torneo en sí. Representar a tu país, compromisos con la PGA de América, mantener un contacto cercano con los jugadores y los aficionados… Necesito sentir que puedo dedicarle la cantidad de tiempo que se merece”, añadió. Toda una declaración de intenciones para una de las competiciones más seguidas del mundo del deporte.
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