Después de una semana de dejar en reposo la actuación de Tiger durante el PNC Championship, bien merece la pena detenerse en lo que podría ser la vuelta del golfista californiano a los terrenos de juego. Será de forma gradual, tal y como ha comentado en más de una ocasión, ¿pero su juego está preparado para volver a medirse a los mejores del planeta? Una cuestión sobre la que él estuvo tirando balones fuera durante todo el torneo junto a su hijo Charlie. Sin embargo, los espectadores fuimos testigos de un juego más que correcto por parte del quince veces ganador de Majors.
“Soy un buen compañero de scramble”, reconoció entre risas a una de las preguntas de los medios de comunicación. “Hice algunos buenos tiros durante estos dos días, pero tampoco hay que darle muchas vueltas. Este evento consiste en fortalecer los vínculos y pasar un buen rato en familia. Poder experimentar esto junto a mi hijo es una sensación magnífica”, señalaba Woods, que prefirió no discutir la posibilidad de verlo durante los primeros meses del año en el PGA Tour.
El americano sigue dispuesto a recuperarse para afrontar retos sobre el campo
Y es que, aunque llevó a cabo algunos golpes de muy bella factura y su drive se sintió consistente en la mayor parte del campeonato, el mantra de Tiger era comentar que en estos momentos no era competitivo. Una perspectiva que varió en la fase final del PNC Championship, cuando Jim “Bones” Mackay le preguntó en el hoyo 16 del domingo si podríamos verle en 2025 más allá de en los cuatro Grandes.
“Ya veremos”, señaló la leyenda americana. “Ahora mismo la situación es la que es. Ahora se trata de entrenar todos los días y seguir progresando. Si estas condiciones se cumplen, podríamos valorarlo en unos meses”, sentenció.
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