Tiger Woods, vestido con sus colores de guerra en domingo (rojo y negro), estuvo un par de veces, en la ronda final, de meter la cabeza en la lucha por el título, el californiano peleaba con fuerza por alcanzar la barrera del -4 anotando birdies, pero en ambas ocasiones se vio frenado por errores que le impedían alcanzar el objetivo.
La primera de ellas en la primera parte del PGA National donde firmó tres birdies en los primeros ocho hoyos sin errores hasta ese momento, error que llegaba en el nueve parando la escalado del poseedor de 14 Grandes.
El segundo frenazo en seco llegaba en la temida Trampa del Oso, tramo que volvió a cumplir su papel a la perfección y del que Tiger tampoco se libraba. Woods volvía a levantar la cabeza en el 14 con un nuevo birdie para poner el -3 en su marcador, recordemos que el -4 acabó en el T5, pero como antes comentábamos, la trampa de Nicklaus se encargaba de echar por tierra los planes del estadounidense. «Pensé que si alcanzaba el -6 podría ocurrir cualquier cosa«, recordó Tiger.
Y es que entre el 15, el 16 y el 17, Tiger Woods acumuló un resultado negativo de ocho golpes a lo largo de la semana siendo el 15 el que más daño hizo al californiano con +5. Sin embargo las estadísticas del jugador destacan números positivos, cazó el 67 por ciento de los greenes y más de la mitad de las calles (33 de 56).
«Esta semana jugué bien, tuve el control. No lo hice bien en los últimos hoyos en dos días, pero estoy satisfecho con el progreso realizado«, declaraba el jugador al PGA Tour, para añadir, «Cada vez que salgo al campo me encuentro mejor«.