No seremos nosotros quien le quitemos a Tiger las esperanzas de conseguir la victoria esta semana en el TPC Harding Park de San Francisco. Después de todo es un campo que conoce a la perfección tras apuntarse aquí un triunfo en el Campeonato Mundial de 2005 y terminar con un registro de cinco victorias y cero derrotas en la Presidents Cup de 2009. Sí, ha pasado ya más de una década de aquello y por el camino ha habido cuatro operaciones de espalda y un descenso hasta lo más profundo… pero tampoco hay que olvidar que renació como el Ave Fénix cuando nadie daba un duro por él.
Es por esto que, aunque no guarda un buen recuerdo en los últimos años de los eventos que se encuentran bajo el paraguas de la PGA de América -ha perdido el corte en tres de las cuatro últimas ocasiones en las que ha jugado el PGA Championship– y que sólo ha disputado un evento competitivo en los seis últimos meses, nadie tiene que dar nada por asegurado con Tiger. De hecho, el californiano compareció hace unas horas en la rueda de prensa previa al inicio de torneo y dejó claro que él estaba físicamente preparado para afrontar el reto de llevarse a casa su quinta copa Wanamaker.
“Estoy convencido de que puedo ganar el torneo”, fue una de sus consignas a lo largo de toda la entrevista. “Estoy muy entusiasmado con algunos de los cambios que he hecho estando en casa. Ha sido muy positivo, porque me ha hecho seguir esforzándome y preparándome para llegar al jueves con las mejores sensaciones posibles. Físicamente me encuentro muy bien. Obviamente, no he jugado mucho de manera competitiva, pero lo he estado haciendo en Florida y eso me ha llevado a poder hacer muchas repeticiones de golpes. Estoy tratando de volver en esta parte de la temporada. Tenemos muchos torneos importantes a partir de aquí y estoy deseando que lleguen”, sentenció.
Nadie tiene una bola de cristal que nos ayude a adivinar su actuación esta semana pero, desde luego, al menos por ganas no va a ser. No hay que olvidar de qué manera se produjo su último triunfo en el Tour Championship o, por qué no decirlo, a cuántos logró callar cuando se enfundó por quinta vez la Chaqueta Verde.