“Y al séptimo mes del año renació de sus cenizas”. Si nos encontráramos en la Edad Media y algún juglar estuviera dispuesto a recitar cantares de gesta sobre la trayectoria de Tiger Woods no faltaría esta estrofa, seguro. Y es que, cuando todo el mundo parecía asumir que los días de gloría del californiano habían pasado a mejor vida, renació de sus cenizas como el Ave Fénix y maravilló al público que se concentró durante la primera jornada en el The Old White de White Sulphur Springs (Virginia Occidental).
Con una actitud dispuesta a todo y una confianza desmedida –no pareció afectarle mucho el descalabro en Chambers Bay– Tiger cuajó su mejor ronda del año en el PGA y finalizó el día con 66 golpes, cuatro bajo el par del campo y a otros tantos del líder tras los primeros 18 hoyos, su compatriota Scott Langley.
Ya avisó durante la rueda de prensa previa que si quería tener alguna oportunidad aquí debería ser agresivo y lograr muchos birdies. Y vaya si lo hizo. 7 birdies, marca personal del año en una ronda, que quedaron empañados por el doble bogey del 6 y el bogey del 17, que le privaron de haber obtenido un mejor resultado. “Me encuentro muy bien, y no estoy muy lejos de mi mejor nivel”, comentaba un sonriente Woods ante los periodistas tras haberse quitado el peso de encima de empezar con buen pie en el Greenbrier Classic. “Sé que la gente piensa que estoy loco por decir esto, pero realmente lo siento. Sólo tenía que hacer unos pequeños ajustes y las cosas mejorarían. No hay que olvidar que fue en el Memorial –hace justo un mes– cuando participé por primera vez con el nuevo swing, y acostumbrarse a ello lleva su tiempo”.
Con este sonado comienzo Tiger se sacude la presión que le persigue desde hace un tiempo. Los fantasmas del US Open parecen quedar atrás –logró en Chambers Bay la peor ronda de toda su trayectoria como profesional en un Major– y lo tiene todo encarrilado para afrontar con garantías la segunda jornada y así pasar el corte –de no hacerlo sería la primera vez en su carrera que fallara dos cortes seguidos en eventos del PGA Tour–. Vale, puede que no estemos cerca de ver su mejor versión –a pesar de lo que diga el golfista–, pero volverle a tener entre los 20 primeros ya es toda una alegría para los amantes de este deporte.