Después de lo vivido este pasado fin de semana en Orlando, huelga decir que fue una despedida del mes de diciembre muy especial. Y es que pocas veces el PNC Championship ha contado con tanto seguimiento y cobertura por parte de los grandes medios de comunicación del planeta. La vuelta de Tiger Woods a los campos diez meses después de su accidente de coche bien merecía la pena el trabajo, más si cabe cuando a su lado estaba su hijo Charlie, que no nos cabe la menor duda que dará que hablar los próximos años.
“Los objetivos de esta semana eran dos: divertirnos y alejar los fantasmas. Puedo decir sin miedo a equivocarme que hemos cumplido sobradamente con los dos”, confesó el ex número 1 del mundo tras conquistar el subcampeonato sobre la hierba del Ritz-Carlton Golf Club. Y es que, después de todo por lo que ha pasado en los últimos tiempos, lo mejor que le podía pasar era jugar junto a su hijo un torneo y, además, hacerlo bien.
De hecho, la dupla Woods estuvo muy cerca de llevarse el triunfo después de un -15 en la jornada final auspiciado por once birdies de manera consecutiva. Un hecho que provocó que incluso Tiger apretara un poco al final. “Charlie me dijo en un par de ocasiones que no hiciera tal o cual tiro, que podía hacerme daño. Simplemente le contesté que se ocupara de su juego”, sonrió el 15 veces ganador de Majors.
Y es que el norteamericano transmitió una sensación de felicidad a lo largo del campeonato: “Esta semana ha tenido un significado especial en mi corazón. El hecho de que haya podido tener esta posibilidad este año ha sido increíble. Hubiera deseado haber podido caminar con Charlie por las calles, pero simplemente el hecho de haber podido compartir este torneo junto a él ha sido una experiencia que recordaré siempre”, sentenció.
The longest birdie streak in tournament history.
A magical run for Team Woods. pic.twitter.com/Xy7lRdbYbL
— PGA TOUR (@PGATOUR) December 19, 2021
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