Hubo un tiempo en que parecía que la reconciliación era un hecho. Tiger Woods y Phil Mickelson, dos jugadores que desde comienzos de siglo han protagonizado infinidad de batallas sobre la hierba de los mejores campos del planeta, parecían haber acercado posturas después de sendas carreras en las que la relación había sido nula. Un hecho que puede ejemplificarse a la perfección con el duelo que ambos protagonizaron en Shadow Creek en un Black Friday de un ya lejano 2018.
Sin embargo, todo cambió cuando el zurdo de San Diego decidió tomar un camino alternativo en su trayectoria y arrimarse los saudíes para, poco tiempo después, ser una de las primeras estrellas que Greg Norman inscribió en la LIV Golf League. A partir de entonces, y una vez que el quince veces ganador de Majors asumió un papel vital en la Junta Directiva de Jugadores del PGA Tour, todo se acabó precipitando hasta el punto de dar carpetazo definitivo a la relación.
De hecho, en la actualidad el contacto entre ellos es nulo, tal y como pudo comprobarse esta pasada semana en Royal Troon, donde ambos llegaron a coincidir en la cancha de prácticas. “Nos hemos saludado, sí”, reconoció Lefty al ser preguntado por los periodistas en sala de prensa. “Ambos nos estábamos preparando para salir a jugar, así es que tampoco ha habido tiempo de más. Es difícil que vayamos a sentarnos a charlar, pero sí que nos saludamos”, añadió el miembro de la gira saudí, quien descartó la opción de que ambos pudieran resolver los problemas con los que cuenta el golf en la actualidad.
“No estoy involucrado en esas cosas. No estoy sentado en esas reuniones. Yo disfruto de lo que hago y dejo a los demás que resuelvan esas cosas”, sentenció.
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