¡Cuántos recuerdos nos ha hecho revivir Tiger Woods (62 golpes, -8) con su primera ronda en el BMW Championship de esta edición de 2018! El jugador californiano nos ha recordado por momentos a aquel golfista que dominaba con mano de hierro el panorama mundial con unas estadísticas cuasi perfectas con todos los palos de su bolsa. Y es que el norteamericano no ha podido celebrar de mejor manera su clasificación para el Team USA que intentará desde finales de este mes retener el título logrado hace dos años en Hazeltine.
Unos primeros nueve hoyos con cuatro birdies y un eagle -empezó su vuelta por el 10- que ya apuntaba maneras dio paso a unos segundos que puso en evidencia una cosa: Tiger volverá a pelear por las victorias tarde o temprano. Sí, es cierto que ya ha pasado de la cuarentena, pero comparar a este Tiger con el que deambulaba por los campos hace apenas un par de años va un trecho largo.
Él lo sabe tanto como los aficionados. Es por esto que disfruta especialmente con los buenos momentos comos los vividos este jueves. Finalmente, el norteamericano completó su actuación con tres aciertos más y un único error, un hecho que le permitió alcanzar con ocho bajo par el lugar más alto de la tabla y acompañar en él a Rory McIlroy (62 golpes, -8). El jugador europeo calcó los números solo unos minutos después con la ayuda de diez birdies y dos fallos y arrancará el viernes desde el liderato.
Cuatro golpes detrás de él aparece Jon Rahm (66 golpes, -4), primero de los dos españoles que participan esta semana en el penúltimo evento de la temporada en el PGA Tour. El vizcaíno, que acudía a la cita con el debe de su actuación con el putter en las últimas semanas, cuajó una buena ronda en la que no acusó en exceso sus problemas pasados en los greenes. Seis birdies y dos bogeys fue la carta de presentación del León de Barrika, puntuación de la que se quedó lejos Rafa Cabrera-Bello (70 golpes, Par) después de que el grancanario no pudiera romper el Par en toda la vuelta.