Si hubiésemos podido imaginar un inicio soñado en el WGC-México hubiese sido algo parecido a lo que hemos vivido este jueves, con tres de nuestros cuatro compatriotas ocupando posiciones de privilegio y con grandes posibilidades de hacer algo grande en el país azteca. Y si no que se lo digan a Rafa Cabrera-Bello (66 golpes, -5), al que solo Xander Schauffele (65 golpes, -6), Chris Paisley (65 golpes, -6) y Louis Oosthuizen (64 golpes, -7) le han privado de ostentar en estos momentos el liderato.
Y no será porque no ha hecho méritos al respecto. El jugador isleño lo ha hecho todo a las mil maravillas, coronado con un acierto estratosférico en los greenes -en su penúltima bandera llegó a embocar un putt de casi diez metros para salvar el par- que le ha valido siatuarse en el T4, muy cerca del techo del campeonato. Pero que no se duerma en los laureles, pues por detrás aparecen deportistas con mucha sed de seguir escalando plazas.
Como el indio Shubhankar Sharma (Hoyo 16, -5), una de las revelaciones del circuito del viejo continente y magnífico sucesor de la hornada de deportistas del país asiático como Singh o Lahiri, más recientemente. Y en estas también se encuentran tanto Jon Rahm (67 golpes, -4) como Sergio García (68 golpes, -3), dos jugadores que han dado el do de pecho para asegurarse un lugar entre la élite.
De hecho, el vizcaíno ocupa la séptima plaza, a solo un impacto de Cabrera-Bello. Rahm se ha valido de un trato exquisito con los hierros para dejarse numerosas oportunidades de birdie, de las que ha aprovechado seis y solo ha dejado escapar los dos bogeys en el 3 y el 15. Situación parecida a la del castellonense, al que le bastó un comienzo arrollador con cuatro birdies en las seis primeras banderas para dejar encarrilado el Top 10 en las primeras horas.
Jorge Campillo (72 golpes, +1) concluyó su participacón en la primera jornada mexicana en mitad de tabla después de ser el único de los cuatro integrantes de la Armada en entregar una cartulina en positivo.