Ocupó durante algunos minutos en solitario la zona más alta de la tabla, pero al final se acabó desfondando. Si durante la ronda del viernes un bogey fue el pistoletazo de salida para una tremenda vuelta de Adrián Otaegui (74 golpes, -5), en esta ha ocurrido todo lo contrario y un error en el hoyo 8 fue el desencadenante para que se desmoronara el castillo de naipes que el donostiarra había edificado en las anteriores 43 banderas. Pocos esperaban que el jugador español cayera por cómo había iniciado la jornada el movimiento, pero el Golf castiga cualquier despiste –y de qué manera-.
Otaegui, pese a calcar el inicio del viernes con un bogey en el 2, fue hacia arriba. Se sintió cómodo hasta el punto de firmar dos birdies prácticamente consecutivos que le permitieron con nueve bajo par ocupar la primera plaza del Open de Francia. Se le veía con confianza, pegándole seguro a la bola y manteniendo a sus rivales a raya cuando llegó el ya comentado error y todo se fue al garete. A partir de aquí, cuatro bogeys más hasta el final de su ronda –aderezado con un birdie que le permitió no irse fuera del Top 10– pusieron el punto y final a su escapada.
Aunque todavía restan 18 hoyos y la distancia de tres golpes con respecto a los líderes Björk (70 golpes, -8) y Uihlein (71 golpes, -8) no es ni mucho menos insalvable. Eso sí, los márgenes se empiezan a apretar y con cinco golpes de desventaja entre los primeros y el Top 20 cualquiera podría dar la sorpresa. Incluso Jon Rahm (71 golpes, -3) que a pesar de tener un fatal inicio de vuelta con un doblebogey y dos bogeys en sus siete primeros hoyos pudo remontar para integrar el T16 sobre la hierba de Le Golf National.
Tras el vizcaíno, en el T32 aparecen Nacho Elvira (73 golpes, Par) y Pablo Larrazábal (72 golpe, Par), que a pesar de irse al positivo en el día se guardan grandes opciones de conseguir sacar un buen papel del país vecino. Pep Anglés (73 golpes, +2) y su T44 completa la actuación de la Armada.