Disculpen el juego fácil de palabras, pero es que el australiano nos lo ha puesto fácil con su triunfo en el Farmers Insurance Open después de 19 meses en blanco. Una victoria que le vuelve a colocar en la senda de los mejores jugadores del panorama mundial y que abre un gran horizonte de posibilidades en una temporada que se antoja ilusionante, al menos, en términos de nombres. Y es que a los DJ, Rahm, Spieth o Thomas se le han unido desde hace unos días Rory, Day o hasta el mismísimo Tiger.
“Sé que el año pasado no fue la mejor temporada para mí”, reconoció el aussie en la rueda de prensa posterior a su triunfo el lunes en la reanudación del PlayOff ante Alex Noren. “Tenía muchas cosas fuera del campo que no ayudaban a que me concentrara. Como sabéis, a mi madre le diagnosticaron cáncer y fue un golpe muy duro. Es por esto que es especial este triunfo. He trabajado mucho durante las vacaciones para estar donde estoy hoy”, argumentó el ex número 1, que desde hace algún tiempo también lidia con problemas en la espalda.
“Siendo sinceros, a principios de semana no pensaba ni siquiera que fuera a jugar el torneo. Disputé un entrenamiento con Tiger el martes de nueve hoyos en los que noté alguna molestia y el miércoles me retiré del Pro-Am. Imagino que es algo a lo que tendré que acostumbrarme”, sentenció el oceánico, para el que en estos momentos solo existe un objetivo dentro del campo: volver a recuperar el trono en el ranking mundial.
“Es un buen comienzo. Tengo que apuntar a ese objetivo tan grande e intentar conseguirlo porque si no significará que no estoy trabajando lo suficiente y no estoy haciendo las cosas bien. Necesito luchar por grandes metas y este es un logro tan difícil que siempre me va a mantener motivado y con ganas de superarme”. Palabra de campeón.