A lo largo de los años son muchas las ocasiones en que les hemos hablado de esa fina línea que separa la victoria de la derrota. Un golpe de suerte en el momento justo puede hacer despegar una carrera, pero también puede ocurrir lo contrario en el momento más inoportuno. Y si no que se lo digan a la neerlandesa Anne van Dam, que este pasado fin de semana vivió una de las situaciones más surrealistas que se recuerdan durante un torneo de Golf al más alto nivel.
La jugadora europea, que se encontraba en plena lucha para conseguir la victoria en el Irish Open del Ladies European Tour, acababa de saldar con birdie el hoyo 18 de la ronda dominical sobre la hierba del Dromoland Castle para igualar con -16 los guarismos de la sueca Lisa Pettersson y la danesa Smilla Tarning Soenderby cuando, mientras un buggy la recogía para llevarla de nuevo al tee y así iniciar el desempate, el infortunio la golpeó sin avisar.
Y es que mientras intentaban salir de la zona de cuerdas, estas quedaron enganchadas en la bolsa de palos, que cayó al suelo. Una caída sin aparente trascendencia, pero que propició que se rompiera su driver. Una desgracia añadida a la que había vivido unos días antes, cuando su driver habitual -el que se había roto era el sustituto- sufrió daños durante el vuelo que la condujo a las islas británicas.
Un desbarajuste que propició que la centroeuropea tuviera que salir con una madera 3. Así, aunque llegó al green en dos disparos, no convirtió el putt para eagle y dejó vía libre a Soenderby, que terminó saliéndose con la suya en una de las situaciones más extrañas de los últimos tiempos en el Golf profesional
Wow how unfortunate is this and I’m lost for words @Annevandam driver snapped heading back to the 18th @GolfDromoland for playoff @LETgolf ? @KPMG pic.twitter.com/CR2klQY2JW
— David Foley PGA (@davidjfoley) September 3, 2023