¡Menudo inicio ha tenido el golfista surcoreano con su vigesimoquinto aniversario! Peor no había podido comenzar este año a nivel deportivo para el asiático, que el pasado domingo se vio obligado a abandonar el Open de Italia después de sufrir una descalificación por anotarse erróneamente un bogey en la tarjeta –se lo apuntó en el 16 cuando lo debía haber señalado en el 15-. No sabemos si fue por el madrugón para finalizar en la jornada dominical los últimos hoyos de la tercera ronda o los nervios por haber celebrado solo unas horas antes su cumpleaños, pero el hecho es que se fue de Monza sin sumar un solo euro cuando entraba al domingo con opciones de pellizcar un jugoso premio.
Byeong Hun An había comenzado muy fuerte su actuación en el Golf Club Milano. Tras el primer paso por Casa Club, el joven deportista acumulaba un seis bajo par en la tarjeta que le colocaba empatado en la segunda plaza con el escocés Scott Jamieson y con, el a la postre ganador, Francesco Molinari. Lo cierto es que no podía quejarse el surcoreano. Pudo completar sus 18 hoyos con relativa comodidad y se encontraba peleando por el liderato. Pero todo cambió el viernes –y no solo nos referimos al tiempo-.
Cuatro birdies y tres bogeys en la accidentada segunda vuelta le hicieron despegarse un poco de la cabeza y, aunque lo solucionó al inicio de la tercera, no se podía esperar lo que le iba a deparar el destino como regalo de cumpleaños. El -11 campeaba en su marcador cuando le restaban siete banderas para terminar la tercera vuelta. En esos momentos rozaba el Top 10 con las yemas de los dedos, pero entonces llegaron dos bogeys en las últimas cinco banderas que provocaron que descendiera unos cuantos puestos en la general. Aunque no fue lo peor.
An se equivocó al anotarse uno de los dos bogeys y minutos después supo que estaba descalificado. “¿Qué tendrá que ver si al final la puntuación le daba igualmente 69 golpes?”, pensarán. Muy sencillo. Las reglas estiman que un jugador no puede anotarse en ningún hoyo una puntuación menor de la que haya hecho y, pese a que al final cuadraran los números, no hubo vuelta atrás. Seguro que aprenderá para la próxima vez.