El Golf es una caja de sorpresas. Y es que, si a comienzos de semana alguno soñaba en este US PGA Championship con una historia de superación del calibre de la que vivimos en el Masters de 2019 con la victoria de Tiger, esta pasaba porque Phil Mickelson (73 golpes, -6) se enrolara en el papel protagonista. El genio de San Diego venía con una espina clavada desde hacía mucho tiempo después de una crisis de resultados que le ocasionó tener que recurrir a una invitación para disputar el próximo US Open. Esto, unido a su entrada en el circuito sénior, hacían presagiar un parón casi definitivo en sus 44 títulos en la mejor gira del mundo. Sin embargo, este deporte le tenía deparada una penúltima tarde de gloria.
Today, history belongs to Phil. ?#PGAChamp
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Y esta ha llegado en el Ocean Course de Kiawah Island, uno de los campos más duros a los que se ha podido enfrentar cualquier jugador en este 2021. Una victoria que ha llegado después de una ronda sobre par, pero suficiente para mantener a raya a sus rivales y llevarse a casa su segundo título en este Major tras el conquistado hace 16 años -que se dice pronto-. Poco importó que fuese más corto que sus rivales desde el tee o que incluso Koepka (74 golpes, -4) se subiera al liderato a las primeras de cambio después de un birdie suyo y un error de Lefty. Mickelson conocía la fórmula para salir campeón el domingo. Y fue siguiéndola paso a paso hasta sus últimas consecuencias.
Incluso el veterano jugador se permitió el lujo de marchar bajo par tras su paso por el hoyo 10. En ese momento su victoria parecía una realidad y, pese a que las últimas seis banderas las saldó con tres bogeys y un birdie, mantuvo el tipo para acabar aventajando en dos impactos a su compatriota y a Louis Oosthuizen (73 golpes, -4), que tuvo en una bola al agua en el 13 su talón de Aquiles. Una jornada redonda para Mickelson, que se convierte así en el jugador de mas edad en vencer en un Major -supera el récord de Julius Boros, que ganó el PGA Championship en 1968 a los 48 años-. Un triunfo a la perseverancia de uno de los deportistas más extraordinarios que ha dado nunca este juego.
Un final que también se encargó de animar Jon Rahm (68 golpes, -1), que por fin consiguió entregar una cartulina por debajo del par con la que se metió en el octavo lugar. Una plaza meritoria después de merodear durante muchas horas el Top 30 y que le permite mirar con optimismo el futuro en el ranking después de que tanto Dustin Johnson como Justin Thomas, primero y segundo respectivamente, no consiguieran hacer el corte. Una ronda con seis birdies y dos bogeys tuvo la culpa de esta enorme remontada.
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