Todo lo bueno acaba, como ha terminado la sexta prueba del Circuito Nacional Seve Ballesteros PGA Tour, en la que es la casa de uno de los más grandes golfistas que ha dado el mundo. Y terminó a lo grande, con un campo preparado duramente con greenes movidos y rápidos que han hecho sudar a los profesionales. Sólo cinco jugadores han terminado bajo el par del campo.
“Es la única defensa que tiene este campo que apenas sacas el drive y en el que el juego corto alrededor del green es el arma que tiene el jugador para derrotarle”, explica Manolo Ballesteros, hermano mayor de Seve, a quien todos los profesionales y la Asociación ha querido rendir un homenaje por su gran labor al frente de la PGA durante doce años de 1987 a 1999.
El día comenzaba muy bien para Carlos de Moral, que salía líder destacado y que en los nueve primeros hoyos sumaba dos birdies más. Pero en la última parte del recorrido llegaba la debacle con bogey-bogey-doblebogey del 13 al 15 que anularon sus opciones de victoria. Sobre todo porque por detrás llegaba Sarasti sumando birdies, cuatro por la primera parte del recorrido, 32 golpes por los nueve primeros (incluido el bogey del 9); y 33 por los segundos, con birdie al 10 y 14, y bogey al 15. Sarasti ganó con ocho bajo el par del campo, uno menos que Toño Hortal que comenzaba muy nervioso con tres bogeys en los cuatro primeros hoyos, aunque remontó en los nueve segundos: 10, 12 y 14.
Todo parecía indicar que se podía llegar a un PlayOff entre el madrileño y el vasco pero se le escapó con el bogey al 15, el hoyo más difícil hoy en Pedreña. Con el birdie del 16 adelantó en un puesto a Carlos del Moral que terminó tercero con -6. Javier Sainz terminó 4º con -4; y quinto fue Alfredo García Heredia con -2. Los únicos jugadores que ganaron al campo.