18 metros y medio separaban a Rahm de la gloria en Torrey Pines. Hasta ese momento el español marchaba con once bajo par en la tabla, un golpe por encima de un grupo de rivales a los que todavía les restaban unos cuantos hoyos por jugar. Así pues, al vizcaíno no le quedaba más remedio que convertir el birdie para coger un colchón de dos golpes con los que poder respirar tranquilo en Casa Club. Y entonces sucedió esto. Jon tomó su putter y se encaminó al antegreen, donde le dio la potencia necesaria a la bola para salvar caídas, desniveles e imperfecciones de la hierba y hacerle un guiño a la historia, esa que guardará como oro en paño su primer gran golpe con el que se lleva un torneo. Sus gestos tras embocar lo dicen todo.
ARE YOU SERIOUS?!
It doesn’t get better than this. #QuickHits pic.twitter.com/pTmEjJLj7N
— PGA TOUR (@PGATOUR) 29 de enero de 2017