Lo del jugador inglés es digno de mención: desde el pasado mes de abril, cuando consiguió vencer a Jordan Spieth en aquel trágico final sobre la hierba del Augusta National para llevarse a casa su primera Chaqueta Verde, sus resultados son cuanto menos cuestionables. No ha vuelto a conseguir una sola victoria ni en Estados Unidos ni en Europa… y lo peor es que puede contar los Top 10 con los dedos de una mano.
Pero por si esto fuera poco, a finales de septiembre le sobrevino un imprevisto que todos recordarán por el gran calado que tuvo en los medios del otro lado del charco: su lenguaraz hermano, en la previa de la Ryder Cup disputada en Hazeltine, tildó a los aficionados estadounidenses de “gordos, sin clase, bastardos y preocupados únicamente por intentar hacer América más grande”. Y, claro, por alusiones, Danny Willett se acabó ganando la enemistad de todo un país –algo impensable para cualquier “Maestro”-, que pudo comprobar durante su estancia en Chaska (Minnesota).
Esta fue una de las grandes cuestiones a las que fue sometido el golfista británico en la previa del Dubai Desert Classic que se disputa esta semana sobre la hierba del Emirates GC, una vez que el jugador de 29 años confirmó su participación en el Honda Classic de la última semana de febrero, primera vez que vuelve al PGA tras los incidentes comentados. “Sinceramente creo que me recibirán con los brazos abiertos”, comentó Willett, “a fin de cuentas, jugué horrible durante la Ryder y les regalé algunos puntos que les sirvieron para conseguir el trofeo”, bromeó el deportista de las islas.
“Ahora en serio, durante todo este tiempo creo que he tenido una relación muy buena con los aficionados estadounidenses. Es cierto que en la Ryder se enturbió un poco, pero pienso que se darán cuenta de que esas palabras nunca salieron de mi boca y no hay razón para estar enfrentados”, sentenció. La explicación está bien, pero veremos por dónde salen ahora los verdaderos implicados en este asunto.