Pocas veces un campeón del Masters de Augusta había protagonizado un bajón tan drástico desde que se adjudicara la Chaqueta Verde hace poco más de seis meses. El inglés Danny Willett es la excepción que confirma la regla de que el campeón en Georgia vive días de vino y rosas desde ese momento. Poniendo los datos encima de la mesa, el británico no ha pasado del T37 en los otros tres Majors disputados y hablando del circuito europeo la cosa no ha ido mucho mejor. Desde abril Willett solo cuenta con cuatro Top 30 –con un tercer puesto en el BMW PGA Championship en mayo y un subcampeonato en el Open de Italia de septiembre entre ellos-.
Y la gota que ha colmado el vaso es el T68 en el Turkish Airlines Open de hace unos días –recordamos que en el primer evento de las Final Series participaron 78 jugadores-. Un desastroso bagaje que parece no conocer final y, aunque todavía se encuentra en disposición de pelear por la Race to Dubai, pocos apostarían por su triunfo. Más aún tras escuchar sus últimas palabras después del varapalo sufrido en Antalya. “En este deporte el juego va y viene. Se intercalan unos días malos con otros buenos”, confesó el inglés al periodista Alex Miceli. “Aunque, si quieres que sea honesto, en estos momentos no tengo ningunas ganas de salir y de jugar al golf”.
¿Problemas personales? ¿Tanto le han afectado los resultados? De momento no podemos responder a ninguna de estas preguntas, pero es significativo que un campeón de Major pronuncie estas palabras justo cuando los premios más jugosos del circuito europeo están a la vuelta de la esquina. Aunque tampoco sería de extrañar viendo su trayectoria tanto dentro del campo como fuera de él, teniendo que interceder por su hermano después de unas desafortunadas declaraciones de este último en la previa de la Ryder Cup –que provocaron que el público la tomara con él durante los tres días de competición-.
El tiempo pone a cada uno en su sitio, pero todo parece indicar que uno de los faros que iluminaban al viejo continente durante este 2016 se ha quedado sin luz más rápido de lo esperado.