Ya se quedó con la miel en los labios hace un par de semanas en el Wells Fargo, cuando Jason Day le arrebató el triunfo en un torneo muy disputado y le dejó en el segundo escalón del podio. Por eso Aaron Wise (68 golpes, -17) no quiere que otro australiano le vuelva a comer la tostada y desde el jueves ha estado luchando por llegar a la posición en la que se encuentra en estos momentos a solo 18 hoyos de la finalización del Byron Nelson.
El joven jugador estadounidense es colíder junto a Marc Leishman (69 golpes, -17) a falta de la ronda del domingo y todo indica que, o sus rivales tienen por detrás una vuelta tocada por una varita mágica, o los cuatro golpes que mantienen de ventaja se antojan suficientes para verlos pelear por el triunfo final hasta última hora.
Y entre los dos es el norteamericano el que mejor trayectoria lleva, pues solo hay que darle un vistazo a las estadísticas para percatarnos de todo cuanto está haciendo para irse de Dallas con el primer triunfo del PGA Tour bajo el brazo. El deportista de 21 años es el mejor de la semana tanto en greenes en regulación como en número de birdies y approaches, amén de estar segundo en una estadística tan importante como la proximidad de su bola al agujero.
No en vano este sábado convirtió seis birdies por tres bogeys para igualar los números en lo alto de la clasificación del aussie, que después de un inicio de semana espectacular ha ido perdiendo fuelle con el paso de las horas y en estos momentos se ha bajado del liderato en solitario al entregar una cartulina con tres aciertos y un único error que nos permitirán el domingo ver una jornada apasionante -ya era hora- en el mejor circuito del planeta. Su compañero de partido -saldrán de tres en tres- será el también oceánico Matt Jones (68 golpes, -13).
En cuanto a los españoles presentes en el BMW Charity Pro-Am del Web dot com, solo Gonzalo Fernández-Castaño continuará en la jornada del domingo al finalizar por debajo de los 70 impactos en este tercer día de competición y hacer el corte in extremis. No puede decir lo mismo Samuel del Val, a quien su 71 le manda a casa con las manos vacías.