Difícil, pero no imposible. De esta manera se presenta la última jornada para Sergio García (70 golpes, -8) en el Australian PGA Championship que se está llevando a cabo en la localidad de Queensland. No porque el castellonense lo esté haciendo mal -solo hay que ver los números para darse cuenta de lo contario- sino por el gran nivel mostrado por sus rivales en estos tres primeros días de competición. Basta mirar la tarjeta del local Jordan Zunic (64 golpes, -17) para saber que la empresa de conseguir el primer trofeo de la nueva temporada se antoja complicada.
Aun asi Sergio no ha levantado el pie del acelerador en ningún momento. Marchaba por el hoyo 14 y el de Borriol acumulaba ya cuatro birdies sin errores para situarse entre los cuatro primeros clasificados. Sin embargo, el final de la vuelta -tal y como le sucediera ayer- le ha vuelto a jugar una mala pasada. Dos bogeys en el 16 y el 18 y el español retrasa su posición hasta el séptimo puesto, a nueve golpes del mencionado Zunic.
El joven jugador aussie ha protagonizado una jornada del movimiento como pocas veces hemos visto en los últimos tiempos. Seguro de sus posibilidades, sin miedo a asumir responsabilidades y con un toque exquisito en los últimos metros de green, el oceánico ha destrozado el RACV Royal Pines Resort ya desde el comienzo con siete birdies sin errores en los nueve primeros hoyos, a los que después ha añadido cuatro más de forma consecutiva del 13 al 16.
En esos momentos Zunic estaba desatado. Marchaba con un once bajo par en el día sin conocer el error y prácticamente sentenciaba el campeonato. Pero entonces llegaron el bogey en el 17 y el doblebogey en el 18 para ponerle el toque picante a un evento que afronta sus últimas horas.
Adriá Arnaus (72 golpes, -3), segundo y último español este fin de semana, terminó al par después de desaprovechar en la última bandera del día los dos golpes bajo par que había acumulado hasta ese momento. Así pues, el catalán afrontará desde el T28 la ronda final.