Cuenta la canción que «el corazón que a Triana va, nunca volverá«. Y por alguna razón Sevilla continúa siendo anualmente una de las ciudades que más pasiones despiertan para los turistas que eligen España como el lugar ideal para sus vacaciones. Un enclave único en el que la modernidad y la historia se dan la mano para ofrecer a los visitantes esa mezcla perfecta que otorga la majestuosidad de sus edificios, la gentileza de sus gentes y su cuidada gastronomía.
Un paraje que a lo largo de la historia ha sido testigo del paso de un enorme crisol de culturas. Tierra de fenicios, tartesios, romanos, visigodos, árabes y, más recientemente, de cristianos que encontraron en este bello rincón un paraíso con una magia inigualable. Todo ello queda patente en nuestros días en su distribución, en la comida y, sobre todo, en unos edificios que son un templo para cualquier aficionado a la arquitectura.
La más clara muestra de este esplendor es la Giralda, la torre más alta del mundo en su época -la obra fue iniciada en el siglo XII para convertirse en el alminar de la mezquita almohade de Sevilla-, que ha sido ejemplo arquitectónico de esa fusión entre diferentes civilizaciones de la que le hemos hablado hace unos momentos. En sus 97,5 metros de altura esta torre abraza el cuerpo musulmán y cristiano entre la base y el campanario, sorprendiendo a sus visitantes por el virtuosismo del cuerpo de las azucenas -con cuatro jarras de azucenas de bronce, una en cada esquina- y, todavía más arriba, con un cuerpo renacentista.
Una obra magna que desde 1987 tiene el privilegio de integrarse en los Patrimonios de la Humanidad y que hace de acompañante de la majestuosa Catedral de Santa María de la Sede, más conocida como la Catedral de Sevilla. Y es que los adjetivos se nos quedan cortos para referirnos a la catedral gótica más grande del mundo. “Hagamos una iglesia tan hermosa y tan grandiosa que los que la vieren labrada nos tengan por locos”, recoge la tradición sevillana que afirmaron los canónigos al decidir la erección de la catedral. Un templo que, como curiosidad, acoge los restos mortales de Cristóbal Colón y los reyes Pedro I, Fernando III y Alfonso X.
Todo ello con el Guadalquivir como elemento canalizador de una ciudad que ha ido transformándose a su alrededor con el paso de los siglos. Una auténtica gozada de la que podrán disfrutar todos aquellos visitantes que hagan de Sevilla su lugar para disfrutar en este año 2022.
*Contenido promocionado por la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía S.A.
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— Turismo – Junta de Andalucía (@TurismoAND) January 28, 2022
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