Ha transcurrido más de la mitad del año 2013, y diciembre de 2012 que marcó el inicio de la campaña, y no se ha producido aún victoria alguna de nuestros golfistas en el European Tour. Terminado el Open de Francia se puede decir que es como si este año, esta temporada, se hubiera atragantado en las gargantas golfísticas de los golfistas que representan a España por el viejo continente y por otras latitudes, estas últimas determinadas por la globalidad que adquirió el circuito hace ya algunos años.
Este hecho, esta sequía prolongada, no se producía desde la campaña de 1993. Hace 20 años, el European Tour asistió a un año entero sin ver a un golfista español levantar un trofeo.
En 2013 aún no tenemos registrada esa victoria nacional masculina. Algunos jugadores la han rozado, acariciado como el caso de Pablo Larrazábal o Eduardo de la Riva. Pero el triunfo en el circuito más importante de Europa está por llegar.
En 1996 se vivió una situación muy similar, solo quebrada por Diego Borrego en el Turespaña Masters disputado en El Saler de Valencia en el mes de abril.
Tampoco la temporada de 2000 fue generosa con los golfistas de nuestro país. El silencio hispano lo rompió a mediados de mayo en The Belfry José María Olazábal.
En julio esperan, de manera inminente, los torneos de Escocia (Abierto y el Open Británico) para poder repartir alguno de sus primeros premios a los jugadores españoles, cuyo golf está ahí, pegando fuerte, pero con escaso remate en las jornadas decisivas del domingo. El sol y calor veraniego podrían modificar el decorado.
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