Los ‘putters’ anclados al cuerpo parecen como un libro que se cierra y se abre cada dos por tres, y Adam Scott es el último de sus usuarios que reabre la polémica con su triunfo en Augusta. El PGA Tour se negó a aceptar la recomendación del Royal and Ancient y la USGA, los organismos de donde emanan las reglas del golf, de prohibir este tipo de palos a partir de 2016. El pasado domingo, el éxito del australiano Adam Scott en el Masters con su ‘putter’ escoba ha levantado más polvareda en este camino que conduce a prohibir este tipo de anclajes al cuerpo, al que sí se ha sumado el European Tour.
Es decir, que dentro de menos de tres años, Scott podrá jugar los torneos en los Estados Unidos e incluso el Open Británico con su putter escoba, pero en los puntuables para el Tour europeo no lo podrá hacer, o al menos deberá evitar el anclaje al esternón.
Scott es el cuarto jugador en los últimos seis majors en ganar con un putter anclado al cuerpo, y el primero con esta técnica en Augusta. Los estadounidenses Keegan Bradley (PGA Championship 2011) y Webb Simpson (US Open 2012) y el sudafricano Ernie Els (Open Championship) también utilizaron esa técnica para triunfar.
“Era inevitable que los jugadores ganaran majors utilizando esta técnica», dijo Scott tras vencer en Augusta. Fred Couples y Bernhard Langer, que superan ya los 50 años, usan también este tipo de palos y anclaje, y estuvieron en la pelea por los primeros puestos en la última ronda del Masters. El chino de 14 años Guan Tianlang también lo lleva en su bolsa, quien fue el único ‘amateur’ que atravesó el corte.
Si cuatro golfistas han ganado de esta forma los seis últimos Grandes, desde luego el dato hay que tomarlo en cuenta, tanto para sus detractores como para aquellos que lo defienden.
Para los primeros, el anclaje podría suponer un punto más de apoyo que en los momentos decisivos de embocar ayudan a que el pulso, la cabeza del putter y el «swing» sean más firmes, y eso puede ser objeto de ventaja añadida sobre los otros palos convencionales.
Para los que están a favor de los anclajes, esta técnica demuestra al menos en los torneos de Grand Slam que es una técnica más que ayuda a mejorar el rendimiento en los ‘greenes’, sin artificios pues se genera desde el propio cuerpo.
En el próximo ‘major’, el Abierto de los Estados Unidos en el mes de junio, la polémica del anclaje y los ‘putters’ largos volverá a ponerse encima de la mesa. Quizá el golf mundial debería sentarse, circuitos profesionales incluidos, para discutir más en profundidad esta cuestión y adoptar una decisión definitiva al respecto. Mientras, los ‘belly puters’ ganan la partida a los convencionales y, también, más adeptos.