El invento del ingeniero técnico agrícola catalán Albert Buscató, una bola de golf biodegradable que puede alimentar a los peces y que lanzó al mercado español hace 3 años, ha dado un paso más en su pretendida expansión.
Buscató y su bola (Ecobioball), que tarda en deshacerse en el agua unas 36 horas, quieren centrarse ahora en la distribución en los Estados Unidos, con la firma de la empresa Albus Golf.
Para ello, abrirán un centro de operaciones en Miami para su distribución. En los Cayos de Florida parece que hay cierto interés en adquirir estas pelotas, cuyo precio por unidad es de 82 centavos de euro, aunque las bolas se venden en cajas que contienen un centenar de ellas (unos 105 dólares por caja).
La bola pierde distancia con respecto a las convencionales, pero preservan el ecosistema. Una pelota de golf al uso tarda cerca de 1.000 millones de años en desintegrarse bajo el agua.
Los principales mercados a los que va destinada la Ecobioball son los cruceros, los hoteles y resorts en primera línea de mar, aunque también se destina a otros mercados como la marina mercante y militar, plataformas petrolíferas y gasistas, yates particulares de gran eslora, empresas de eventos o actividades en la naturaleza, puertos deportivos y otros.