Velocidad en el inicio y deslizamiento limpio y recto, así comenzaron en Escocia en el campo de Muirfield, que acoge el Open Británico, Rafael Cabrera-Bello y Miguel Ángel Jiménez, dos consumados golfistas y ambos unidos por su afición galopante al esquí.
El esquí, precisamente, le costó una fractura de tibia al malagueño en el pasado mes de diciembre. Pero su aterrizaje en el primer Grande que juega este año ha demostrado que del percance nada de nada, y que sus 68 golpes a sus 49 años tiene muchas lecturas y todas buenas.
Jiménez comenzó con esta secuencia: ‘birdie-birdie-birdie’. Después, llegó al hoyo 9 con dos ‘birdies’ más para 31 en ese tramo. Brutal el de Churriana. ‘El Mecánico’ a todo gas. Luego tropezó y acabó con 68 para un cuarto puesto compartido, a dos del líder, el estadounidense y Chaqueta Verde Zach Johnson.
Mejor aún le fue a Cabrera-Bello, quien con sus 67 se situó segundo, igualado con el veterano Mark O’Meara (56 años) y a uno de la cabeza.
Aunque es pronto para afirmarlo, Jiménez -que ya es el campeón de más edad de la historia del Tour europeo- podría también ser el más veterano en ganar el Open Británico en su décima comparecencia. El récord se mantiene en poder del viejo Tom Morris desde 1867. Ganó su último Open con 46 años y en una época en la que ni siquiera había luz eléctrica en calles y casas.
Quien sí demostró tener luces fue Cabrera-Bello, pues tras su formidable vuelta puso pie en tierra: «Esto no ha hecho más que empezar y es muy pronto para pensar en ganar».
Después, el grancanario, en un alarde de deportividad en su segundo Open Británico, elogió el trabajo del veterano Jiménez, del que dice haber aprendido una barbaridad.
«Lo que más admiro de Miguel, y lo que intento imitar, es que siempre que llega a un torneo hace todo lo necesario para sentirse cómodo. Se fuma sus puros, se bebe su vino y procura disfrutar a tope de esa semana. Por eso llega al ‘tee’ del 1 bien preparado para rendir al máximo», comenta Cabrera-Bello.
Tiger Woods firmó un interesante 69, para la novena plaza; Sergio García tropezó con 75 golpes, Álvaro Quirós resbaló con 77 y el desastre lo protagonizó Rory McIlroy, con una cartulina de 79 golpes.