Aunque la victoria en la catedral de Wentworth (Inglaterra) se la llevó el italiano Matteo Manassero en el cuarto hoyo del desempate, la ‘otra’ lectura es que Alejandro Cañizares, de 30 años e hijo del mítico José María Cañizares, desperdició la gran ocasión de su vida, al menos hasta este instante de su carrera.
Cañizares, que olvidó su meningitis vírica que contrajo en Seúl durante su semana mágica, tuvo dos momentos en la ronda final, dos ‘putts’, que podían haber cambiado su vida deportiva. El primero, de casi tres metros en el hoyo 17, y después el último para ‘eagle’ y todavía colarse en el desempate con Manassero, Marc Warren y Simon Khan.
El costasoleño de residencia falló en ambas ocasiones. Esa fue la cruda realidad. Acabó cuarto, empatado con un inconmensurable e incombustible Miguel Ángel Jiménez (a sus 49 años agota los calificativos jugando al golf), a solo un golpe del citado desenlace a tres.
‘Cañi’, que salió como líder en solitario pero en compañía de Lee Westwood, la tuvo cerca, pudo convertirse en el séptimo español en ganar este prestigioso torneo en la casa de la PGA europea, pero el destino le dio la espalda. Solo dos ‘putts’, o incluso uno solo, en el 18, pero… Golf, señores, golf.
Manassero se convierte en el ganador más joven de la historia del PGA Championship, con 20 años y 37 días.
En el desempate entre tres, primero se borró el escocés Mark Warren, con una madera 3 a los árboles en su primer golpe; y el inglés Khan se doblegó en el cuarto hoyo, con una madera de segundo golpe que se fue al agua antes del ‘green’ del 18.