El golfista Javier Colomo y Cristina, un flechazo sin ‘slice’

Javi Colomo y Cristina en la prensa local

La relación profesional y sentimental entre Javi Colomo y Cristina Juan abrió el pasado viernes los diarios en Hong Kong. El golfista extremeño, ‘rookie’ en el Asian Tour, se situó líder tras los primeros 18 hoyos del Open en Fanling y completó uno de sus mejores torneos de la temporada. Su bolsa de palos la lleva, al hombro, su esposa, Cristina Juan. La historia ha sido recogida con profusión por la prensa local.

Cristina carga con las herramientas desde el Open de Filipinas, en febrero. La aventura de ambos en Asia fue dura al comienzo, pero fructífera al final. Tres ‘top-10’ (Singapur Classic,  Volvik Hidesheim y Masters de Selangor) y el gran trabajo en Hong Kong, a donde fueron invitados gracias a la buena temporada, jalonan el camino de 2012.

“Es genial tener a Cristina como ‘caddie’. Ella sabe cuando estoy feliz, cuando estoy triste y me siento muy cómodo teniéndola a mi lado todo el tiempo», comenta Colomo al Asian Tour.

 “Estoy aquí por amor”, asevera Cristina, sobrina del también golfista Santi Luna, cuando se le preguntó el porqué de su trabajo junto a su esposo.

Los periódicos locales colocaron una foto de gran tamaño de la pareja española en sus informaciones. “Lee muy bien los ‘greens’. Es increíble. Mucho mejor que yo”, comenta Colomo sobre su ayudante con el que, claro está, comparte habitación de hotel.

“Siempre le hago caso. Cuando ella dice que es hacia el borde izquierdo y yo no lo veo, en un 99 por ciento de veces es lo correcto”, asegura, aunque el debate sigue abierto en la pareja sobre quién tiene la última palabra.

Resulta obvio pensar que, sin amor, esta relación que dura ya dos años, desde la luna de miel en Nueva York, sería imposible. “Él siempre es el jefe”, tercia Cristina sobre lo que ocurre en el campo de golf y en casa.

“El jefe, no sé. Pero trabajamos muy bien juntos”, apostilla Colomo.

 “Una victoria y compraré dos billetes otra vez a Nueva York. Sería un regalo agradable para nosotros el poder volver a un lugar maravilloso, donde tuvimos nuestra luna de miel», apunta Colomo.