La dieta, la ingesta de alimentos, cada vez cobra más valor en el deporte, en el que cómo no se incluye al golf. Los once jóvenes golfistas que viven, estudian y se preparan en la Residencia Blume de Madrid, el Centro de Alto Rendimiento y tutelados por la RFEG, han intervenido en un estudio en el que se comprueba que los deportistas que consumieron carne de conejo ingirieron un menor aporte de grasas y recibieron mayor cantidad de vitamina B12 que otro grupo de deportistas que no incluyó en su menú esta carne.
El estudio corrió a cargo de la jefa del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte, del CSD, Nieves Palacios.
En él, Palacios ha demostrado una tendencia a la pérdida de masa grasa en favor de la masa magra por parte del grupo de deportistas que consumió carne de conejo.
Los golfistas Carlos Leandro, Celia Barquín, Covadonga Sanjuán, Jorge Utrilla, María Parra, Mario Galiano, Iván Cantero, Nuria Iturrios, Pablo Rodríguez-Tabernero, Xabier Gorospe y Manuel Elvira son los componentes que residen en la Blume.
En total intervinieron 45 deportistas, entre golfistas, gimnastas (nueve), jugadores de hockey (trece) y piragüistas (once).
«Desde el principio sabíamos del alto contenido en el conejo de proteínas de muy buena calidad, de vitaminas, sobre todo del grupo B, así como un bajo contenido de grasas, muchos minerales y antioxidantes», comenta Nieves Palacios.
El estudio introdujo durante 12 semanas el conejo como sustituto de otras carnes, tres veces por semana. Veinticinco de los deportistas comieron conejo y otros veinte no lo hicieron, este último como grupo de control. Los resultados demostraron que el primer grupo, el que introdujo conejo en la dieta, mostró una tendencia a la pérdida de masa grasa en favor de la masa muscular, con gran aumento de vitamina B12, que está implicada en la síntesis de la hemoglobina y en la recuperación de los tejidos.