Esta es la cuestión. Usar bolas duras o blandas. La verdad es que la decisión está más que definida para los golfistas de hándicap bajo. Ellos saben cuál es su bola preferida. Cumplir el par en sus vueltas depende de pequeños detalles y, claro está, con la bola no se la van a jugar. Siempre la misma, la llamada blanda y más cara.
Pero el resto de los mortales del golf, que son mayoría, más de una vez ha dudado sobre qué bola utilizar. ¿Blanda, dura…?
En el armario de casa a veces se acumulan las bolas regaladas en un torneo, las encontradas al azar por los campos o las compradas. El batiburrillo de tipo de bolas es considerable, por lo que la mayor parte de las veces la decisión es que no hay decisión sobre qué bola usar. La primera que se pille. Punto y final.
Pero sepa que una decisión equivocada en ese sentido puede afectar a su juego, a su tarjeta y a su confianza. Tener unos palos adecuados es importante, pero usar la bola que más se adapte a su juego lo es en igual medida, o más aún.
Lo primero, pues, será analizar qué es esto de la bola dura y blanda.
Antes, entre una y otra bola existían más diferencias en cuanto a la superficie o cubierta. Eran más visibles. Hoy en día, con los avances tecnológicos, las distinciones a simple vista son relativamente inexistentes. La diferencia entre las bolas baratas (duras) y las blandas (caras) tiene que ver con el tipo y coste del material del área comprendida entre el núcleo y la cubierta.
En esa zona, las bolas más caras tienen varias capas, lo que ofrece una sensación diferente para cada tipo de tiro en el campo.
Por ejemplo, una bola de cuatro capas (blanda), como la Titleist Pro-V1, es dura cuando se golpea con el ‘driver’, pero suave cuando se tocan en el ‘green’. Reaccionan de este modo según la velocidad del impacto, en función de la potencia.
Rob Akins, profesional de la PGA y colaborador de «Golf Digest», propone, para sacarnos de dudas, descubrir cómo reacciona la bola en el ‘green’. Ahí hallará la solución, según cuál le funcione mejor.
Escoja de ese armario tanto bolas duras como blandas. Diríjase a un ‘green’ y ‘patee’ hasta decidir con cuál de ellas se encuentra más conforme.
Otro factor para decidirse por uno u otro tipo estaría relacionada con la respuesta de la bola al aterrizar en un ‘green’. La que mejor frene en el ‘green’ es la que debe elegir, incluso si con ello sacrifica un poco de distancia en los golpes más largos.
Sepa no obstante que, como prinicpio general, encontrar la pelota de golf adecuada para su juego dependerá de las metas que le gustaría alcanzar y cuánto dinero está dispuesto a gastar. Elija bien y ya sabe, ¡a bajar hándicap!