La empresa de material que patrocina a Tiger Woods difundió un vídeo recientemente con el nuevo calzado del número uno del mundo. Quizá, al creativo se le olvidó incluir una piedrecita dentro, los torneos de Grand Slam. Y es que Tiger, de 37 años, no gana un Grande desde que tenía 32. Han transcurrido cinco años, desde el US Open de 2008, sin ver a Tiger Woods, ya con 14 Grandes, en el punto más alto de uno de los cuatro torneos de Grand Slam.
El mejor golfista sin duda de la era moderna parece haber modificado su escala de valores en esta segunda década del siglo XXI. Tuvo descensos acusados tras su escándalo matrimonial y ascensos como el que ahora disfruta desde el liderato mundial, con cuatro títulos en 2013 y sentimentalmente aferrado a la esquiadora y campeona olímpica Lindsay Vonn.
No obstante, en su versión 2013, la mejor como golfista de los últimos cinco años, solo una cuestión permanece inalterable: su afán por alcanzar y superar el récord de los 18 ‘majors’ que en su momento acumuló Jack Nicklaus.
Tiger Woods sigue un nuevo camino aunque con 14 ‘majors’ aún. Sin embargo, el Grand Slam y sobre todo el Abierto estadounidense presenta una secuencia de ganadores que abre interrogantes a pesar del excelente estado de forma del líder mundial. En los últimos diez años nadie repitió como campeón.
Lo curioso de este US Open es que el campo es inusualmente corto, de menos de 7.000 yardas (6.398 metros), en donde el ‘driver’ no será protagonista. El asunto, por cierto, abrió un agrio debate entre los responsables de la USGA sobre la idoneidad del recinto. Merion, además de no ser un gran escenario, no alberga este torneo desde 1981 y por las lluvias abundantes caídas desde el viernes pasado sus duros ‘greens’ se han convertido en bizcocho apetecible. A Merion solo le quedará como defensa el ‘rough’ que abraza las calles, alto y espeso.
La organización, con buen criterio y por si acaso, colocó de inicio un partido de los llamados ‘del siglo’ con los tres mejores jugadores de la lista mundial: Tiger Woods, el norirlandés Rory McIlroy y el australiano y último Chaqueta Verde, Adam Scott.
Sergio García y Gonzalo Fernández-Castaño, por ránking mundial, y José María Olazábal, éste desde las previas, son los tres representantes este año del golf español. ¿Puede presentarse más emoción?