Jim Furyk (42 años) y Webb Simpson (27), el último campeón el US Open, se tumbaron vestidos, sin calzado, para someterse al Lunar iDXA, un escáner de cuerpo de rayos X GE Healthcare. El aparato ha irrumpido con fuerza en el PGA Tour. Un número creciente de jugadores, como Simpson, lo está usando. ¿El objetivo? Proporciona datos específicos de la anatomía del golfista para la administración de tareas y así poder mejorar su juego, su salud y, posiblemente, extender sus carreras.
El analizador de iDXA, que significa doble energía inteligente de absorciometría de rayos X (el aparato cuesta 100.000 dólares), envía ráfagas de rayos x de baja-rem a través del cuerpo, gracias a un brazo detector curvado que recorre todo el largo del cuerpo humano. El Comité Olímpico estadounidense lo usa frecuentemente para mejorar el rendimiento de sus atletas.
En unos siete minutos, la máquina calcula el volumen de grasa y de masa muscular, así como la salud ósea y su densidad. También determina las diferencias entre los hemisferios derecho e izquierdos, relativos al tejido adiposo, muscular y óseo.
«Ahora, mi lado izquierdo es más débil”, dijo Simpson después de hacerse la prueba la semana pasada en The Barclays.
«Desde entonces, estoy intentando fortalecer mi lado izquierdo. Esto me ayuda a realizar un seguimiento de cuánto trabajo hemos realizado”, añadió.