Las entradas están vendidas para el domingo del US PGA en Oak Hill, pero las audencias televisivas van a caer en picado en un mes de agosto veraniego. Jim Furyk, el ‘swing’ más extraño del circuito, lidera el último Grande de la temporada que se desarrolla en Rochester (Nueva York), pero el torneo que presumía un combate entre los mejores golfistas del planeta se ha quedado en nada. También las opciones españolas se han diluido.
Furyk, un veterano de ‘swing’ heterodoxo, está sacando partido de la ausencia de jugadores cuya simple sombra intimida por los puestos altos de una clasificación. El estadounidense comanda el cuarto y último torneo del Grand Slam que se disputa en Oak Hill, Rochester (Nueva York), después de repetir otra tarjeta bajo el par (68 golpes) y 9 abajo en el acumulado.
Furyk, de 43 años, un Open estadounidense en su palmarés (2003) y dieciséis victorias en el PGA Tour, es por su experiencia el máximo candidato a colocar el trofeo a sus vitrinas, cuando restan solo 18 hoyos para el final en Oak Hill.
Jason Dufner camina a un golpe tras su compatriota Furyk, el sueco Henrik Stenson es tercero con -7 y otro nórdico, Jonas Blixt, figura en la cuarta plaza.
De los favoritos, ni rastro. Solo el australiano Adam Scott, el último campeón en Augusta, mantuvo el tipo y aún se sostiene a cuatro golpes del liderato; o el norirlandés Rory McIlroy, el defensor del título que está salvando con dignidad su última comparecencia de Grand Slam después de un año verdaderamente opaco.
Las audiencias televisivas caerán en picado para este tramo final de un torneo que ha vendido todas las entradas, pese al trabajo destacable de Furyk, Dufner o Stenson. El mando de la televisión solo sabe de figuras, de ídolos, de estrellas. Tiger Woods ya está acabado para este torneo. También Mickelson, el reciente campeón del Open Británico.
Ni siquiera Sergio García, el mejor español del momento, fue capaz de lanzar un ataque para arrimarse a la zona de posibilidades de triunfo.
García tropezó una vez más, con una pobre ronda de 75 golpes que le alejan de toda opción de victoria. Los otros dos españoles en liza, Miguel Ángel Jiménez y Rafael Cabrera-Bello, siguieron el mismo camino del castellonense.