En el guión del Open de Gales, en el recorrido que albergará la Ryder Cup de 2014, no aparecía ni en el borrador un tropezón de grandes dimensiones como el que se dio Miguel Ángel Jiménez. El malagueño, que nos ha acostumbrado este año a comienzos importantes, es noticia aunque no muy afortunada por sus 78 golpes (7 arriba), sin ‘birdies’, con cinco ‘bogeys’ y un doble ‘bogey’. Uno de los favoritos se cae del cartel, con su peor tarjeta en Europa en lo que va de temporada, mientras que un inédito noruego que ganó el año pasado un torneo en el Challenge, Espen Kofstad, lidera la competición con 7 abajo y 64 golpes. Entre uno y otro, 14 golpes.
Con Jiménez en la cuerda floja, el madrileño Gonzalo Fernández-Castaño tiró de oficio, sin un buen rendimiento con el ‘putt’, para convertirrse en la mejor referencia española en el torneo que marca el inicio de la carrera hacia la Ryder de 2014.
«Miguel Ángel no ha jugado a su nivel, al que nos tiene acostumbrados», dijo Fernández-Castaño sobre el veterano jugador de Churriana, con el que compartió partido.
Rafa Cabrera-Bello, Jorge Campillo y José Mari Olazábal, los tres al par del campo (71), también pasaron con nota el estreno en el Celtic Manor.
Kofstad, el líder que jugó con el pròximo capitán de la Ryder Cup, el irlandés Pal McGinley, se marcó un final de ensueño: tres ‘birdies’ consecutivos desde el hoyo 15 y un ‘eagle’ en el 18. El jugador noruego solo había cosechado un ‘top-ten’ este año, en el único corte que logró atravesar, en el Open de España.
Fernández-Castaño apuntó sobre su vuelta que `fue «un día frío con el putter». «Me ha costado contralar la velocidad y me he dejado oportunidades de ‘birdie’, pero en general estoy contento con el juego. Es un gran comienzo. Es un campo que me gusta y en el que he jugado bien en el pasado. Me siento así más cómodo que en otros».
El inglés Chris Wood y el australiano Richard Green comparten la segunda plaza, a dos golpes del noruego.