Phil Mickelson no se sacude el problema de los impuestos que gravan las ganancias de los deportistas de élite, ni siquiera fuera de su país (leer noticias sobre este asunto, Phil Mickelson insinúa que se mudará harto de los impuestos en California, Tiger Woods entiende a Phil Mickelson: ‘Yo ya me fui de California’, Phil Mickelson pide perdón por criticar la política de impuestos; le llamaron ‘millonario llorón’).
El jugador de San Diego deberá sacrificar el 61 por ciento de lo que ganó en el Open Británico y el Open escocés en concepto de impuestos por los gobiernos británicos y de los Estados Unidos, en el estado de California, según publica la revista Forbes Magazine.
Gran Bretaña todavía recauda impuestos en Escocia, donde este año se celebró el Open, y hasta 2016 no empezará a cobrar sus propios impuestos. Además, el Reino Unido es uno de los pocos países que recauda impuestos sobre la renta para atletas no residentes que compiten en su territorio.
En el caso concreto de Mickelson, el 45% de las ganancias irán a las arcas de Gran Bretaña, el 13% van a California y el resto (2,1%) al gobierno de los Estados Unidos. Entre Muirfield y Castle Stuart, Phil obtuvo 2.167.500 dólares (1.641.595 euros).
De ese total, el 61,12% lo destinará el zurdo a pagar los impuestos, a lo que deberá descontar además el sueldo de su ‘caddie’ Jim «Bones» Mackay (que ronda el 10 por ciento), más hoteles, otros gastos y el porcentaje de su agente y el del entrenador, Butch Harmon.
En total puede que a la cuenta corriente de Mickelson solo se dirija un 30% del dinero obtenido en premios. La gloria, eso sí, queda intacta.