El Merion Golf Club, recorrido que acogerá el próximo US Open, quiere un campo inmaculado para cuando se celebre el segundo “major” de la temporada entre el 13 y el 16 de junio. “Cuando los profesionales estén jugando este verano queremos que vean un campo en perfecto estado”, dijo un miembro responsable del Club.
Para ello proporciona (desde el pasado mes de octubre) a todos sus socios e invitados que salen al campo unas esterillas (Ver Foto) desde donde deben golpear la bola de forma que no se realicen chuletas. Dichas esterillas son rectángulos de aproximadamente 15 cms. de ancho por 45 de largo de una textura similar a las que existen en los campos de prácticas.
El concepto para ello es muy simple: sales del tee y el golpe desde la calle se realiza una vez levantas la bola, la limpias y la dejas reposar sobre la alfombrilla. “Es como algo que encontrarías en un campo de prácticas”, agregó ese mismo miembro responsable.
“Es para tener un control de las chuletas”, declaró Bob Rex, presidente del Merion Golf Club. Preguntado sobre las molestias causadas a sus miembros contestó: “No ha habido ningún tipo de presión en contra. Hay que entender que Merion es un Club que tiene la cultura de albergar grandes campeonatos y, al hacerlo, tienes que hacer algunos sacrificios».
En cualquier caso, esas alfombrillas no se utilizan en todos los hoyos. El 1, 7, 8 y 10, son los más preservados ya que la mayoría de los jugadores realizan su segundo golpe con un wedge o un hierro corto con el que es más fácil realizar esa chuleta. No se utilizan ni desde el “rough” ni desde el primer corte de la calle.
El Merion GC no es el primer campo en utilizar en Estados Unidos este tipo de esterilla para la preparación de un Abierto Estadounidense. Antes lo había hecho el Olympic Club en San Francisco en junio pasado y anteriormente fue el Congressional Country Club en Bethesda.
Si bien este concepto es relativamente nuevo en los EE.UU., en Escocia no lo es ya que en el Old Course de St. Andrews, por ejemplo, es algo habitual durante el invierno. De hecho, después de estudiar todas las alfombras disponibles en el mercado, Merion optó por ir al fabricante que proporciona las alfombras al Old Course. Se compraron unas 200 de ellas.
En España uno de los precursores (si no el precursor) en la búsqueda de la perfección fue Jaime Ortiz-Patiño en el campo de Valderrama durante la preparación del recorrido para la Ryder de 1997. Ortiz-Patiño, de origen boliviano, obligaba a todos sus empleados a limpiarse el calzado antes de entrar al recinto, eso impedía traer bacterias desde fuera de la finca y otras hierbas inapropiadas para uno de los mejores campos del mundo.