José María Olazábal ya está en su casa de Hondarribia (Guipúzcoa). Descansará allí toda esta semana, antes de partir a Chicago (Ryder Cup) y después de rematar el Open de Italia con 65 golpes (su mejor vuelta desde el Castellón Masters de noviembre de 2009).
El vasco, que cogió el domingo en Turín tres calles, pero necesitó solo 21 ‘putts’, confirma que estará pegado a la televisión para ver el The Tour y, también, al móvil. Thomas Bjorn y Jaime Spence están en Chicago desde el viernes, y atentos a cualquier novedad sobre el campo de juego en Medinah y sus condiciones.
Su última vuelta en Turín fue un prodigio solo al alcance de un maestro. “Un poco tarde”, comentó el capitán europeo para la Ryder Cup, quien ya no competirá más hasta el final de la semana en Medinah.
“El discurso en la ceremonia de inauguración es la parte en la que me sentiré más incómodo en la Ryder Cup”, admitió Olazábal en el Open italiano. “No estamos acostumbrados a hablar delante de millones de personas. Es difícil. No quieres olvidar a nadie y tienes que dar las gracias a las personas adecuadas. Obviamente, estamos acostumbrados a dar golpes, chips y putts, pero esto es diferente», precisó.
En ese discurso es muy probable que haga una mención especial al que fue su compañero y amigo Severiano Ballesteros.