Un ‘swing’ raro, rarísimo, el de Jim Furyk, y un ‘putter’ escoba que será prohibido en 2016, el del Chaqueta Verde Adam Scott, lideran el US PGA que comenzó en Oak Hill, en Rochester (Nueva York) y con interrupción incluida de hora y diez minutos por amenaza de tormenta.
Furyk, de 43 años, y Scott firmaron 65 golpes (-5). Son la mejor referencia del torneo que parecía predestinado a un combate entre Tiger Woods y Phil Mickelson, quienes concluyeron con 71 golpes y el mismo triste final: doble ‘bogey’ en sus respectivos últimos hoyos.
Pero ni Tiger ni Mickelson están hundidos ni los líderes podrán dormirse en sus laureles tras 18 hoyos. Los 54 restantes prometen pelea ajustada, porque hasta 35 hombres acabaron bajo el par del campo, entre ellos muchos de los candidatos -incluido el defensor Rory McIlroy (-1)- y hasta tres españoles: Rafael Cabrera Bello y Miguel Ángel Jiménez, ambos con 2 abajo, y Sergio García, con 69 golpes (-1).
Miguel Ángel Jiménez, sigue en una racha asombrosa y también fue capaz de encadenar cinco ‘birdies’ consecutivos como el australiano Adam Scott.
Jiménez se situó en vanguardia, pero la interrupción y dos doble ‘bogeys’, sobre todo el último en el hoyo 16, le relegaron a tres golpes de distancia con respecto a los dos hombres de cabeza.
El malagueño Jiménez acaparó tantas imágenes televisivas como Furyk por la mañana o Scott, ya caída la tarde. Pero a 54 hoyos vista, la batalla en Oak Hill no ha hecho más que comenzar, aunque con brazo firme para la mayoría de los candidatos, incluido el veterano Jiménez.
Peor estreno tuvieron Gonzalo Fernández-Castaño y Pablo Larrazábal. El madrileño le costó firmar 74 golpes y el catalán se marchó con 76. Los dos figuran más allá del puesto número 100.