Paul McGinley (Dublín, 46 años), es el primer capitán europeo irlandés de la historia de la Ryder Cup. La noticia ha generado un gran revuelo es su país, de larga tradición golfística.
«Acepto el reto con ambas manos. Es un honor para mí. Otros grandes jugadores irlandeses como Des Smytyh, Eamon Darcy o Phillip Walton pudieron ser en su momento capitanes, pero no fue así. Las cartas cayeron de mi lado en esta ocasión», comentó Paul McGinley.
Pero, ¿quién es el nuevo capitán? Paul es un hombre casado y en su hogar se habla mucho de golf pues su esposa es un exjugadora del Ladies European Tour, Alison. Le encanta estar con su familia, con su mujer y sus tres hijos, Niamh, Killian y Maia, en su residencia inglesa en Sunningdale.
Fue criado en Rathfarnham y jugó con el club Ballyboden St. Enda de fútbol gaélico de la GAA. Este deporte se caracteriza por ser uno de los más populares en Irlanda, con equipos de 15 jugadores y que combina parte del rugby y el fútbol.
Pero las ambiciones de Paul en el fútbol gaélico se vieron frustradas tras romperse una rodilla cuando tenía 19 años. En esa etapa, McGinley había jugado al golf, pero no se lo tomó demasiado en serio. La lesión cambió su vida, para encauzarla hacia el golf.
La lesión que afectó definitivamente a su carrera en el fútbol hizo que este menudo jugador de poco más de 1,70 de estatura se tomara el golf en serio.
En 1989, a la edad de 23 años, ganó la banda azul irlandesa como ‘amateur’. Su marcha a la Universidad de San Diego perfeccionó su competitividad y técnica. Dos años más tarde compitió contra Estados Unidos en la Copa de Walker, en Portmarnock, frente a futuras estrellas del PGA Tour como Phil Mickleson y David Duval.
En 1991 se hizo profesional y se enroló en el Tour europeo desde la Escuela. En 2002 embocó en The Belfry el ‘putt’ ganador de la Ryder Cup.
McGinley respira golf los sus cuatro costados, pero esconde un gran espíritu competitivo y una predilección por el trabajo en equipo.