En estos tiempos de despidos y crisis, el norirlandés Rory McIlroy ha hecho la conjunción perfecta: dio el finiquito a la suya y es el líder del St.Jude Classic, en Memphis, con sus 65 golpes (-5) del viernes en el St.Jude Classic, el torneo del circuito del PGA Tour que precede al Open de los Estados Unidos.
McIlroy, de 23 años, rompió su rutina de no jugar el torneo previo a un Grande, y no le ha salido mal la jugada. El segundo mejor golfista del planeta, que defiende título la semana próxima en San Francisco, acabó con tres ‘birdies’ sus últimos cinco hoyos y se encaramó al tejado de este torneo que se disputa en Memphis.
«Ahora ya siento que le estoy pegando a la pelota como yo quiero. He notado muchos signos positivos, sobre todo con el ‘driver’ y los hierros. Es algo que he estado trabajo en estas semanas y creo que ha vuelto», comentó McIlroy al PGA Tour.
El liderato del segundo mejor golfista del mundo deja en el olvido los últimos tres cortes fallados de manera consecutiva en sus tres últimas actuaciones (The Players, PGA de Wentworth y Memorial).
«Es maravilloso verme otra vez en lo más alto de un torneo, todo lo contrario que cuando un viernes tienes que volver a casa», declaró el joven jugador que, aunque obtuviese la victoria, no recuperaría el liderato mundial, en poder del inglés Luke Donald.
Los estadounidenses JB Holmes (dos intervenciones quirúrgicas en el cerebro el año pasado), Jeff Maggert y Kevin Stadler igualan en la segunda plaza, a un golpe del líder, aunque también destaca el -4 con el que Davis Love III, el homólogo de Olazábal en la Ryder Cup de 2012, concluyó la segunda ronda para ocupar la octava plaza.