El motor del norirlandés de 24 años y segundo mejor golfista del mundo, Rory McIlroy, está averiado. En el Open de Irlanda, jugando en casa como héroe, se estrelló sin paliativos. Falló el corte, el tercero de la temporada en el Tour europeo. A esta decepción hay que sumar una retirada con vagas explicaciones en el PGA Tour (Más información, aquí)
Al triste bagaje anual de McIlroy, que coincidió en el inicio con el anuncio a bombo y platillo de su multimillonario fichaje por 10 años con Nike, se une el hecho de que son ya siete los meses que el joven jugador, afincado en los Estados Unidos desde esta campaña, no levanta un trofeo (Dubai, 25 de noviembre de 2012).
El rendimiento de McIlroy en el Carton House en Kildare ha sido muy pobre: 74 golpes y 72, para 2 arriba y salida prematura por la puerta de atrás.
La estrella norirlandesa dobló su hierro 9 en Merion, en plena fase de desesperación en el reciente US Open, que tan brillantemente ganara hace solo dos años, y tras los 74 golpes de la primera ronda en Irlanda, McIlroy fue confusamente claro: «Siento que estoy perdido». Leer las declaraciones completas
El Open Británico en Muirfield se acerca a pasos agigantados y McIlroy tendrá que ponerse las pilas. Su estatus en el ránking corre peligro. El bache puede convertirse en una depresión si tampoco es capaz de entonarse en Escocia del 18 al 21 de julio.
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