Todo es posible en golf, incluso no hundirse en la miseria tras cometer un doble ‘bogey’ y un cuádruple ‘bogey’ consecutivos. Sergio García firmó esa secuencia nefasta, después de haber jugado tres hoyos, estar parado más de tres horas por la lluvia en Merion, la sede del US Open, y ponerse en marcha. La pausa sentó tan mal a Sergio que en el arranque se metió 6 golpes de más en solo dos hoyos y 13 por delante. Un desastre.
Pero lo que iba para naufragio se convirtió en supervivencia y buen golf. Así es el castellonense. García hizo +7 en su primera mitad, con los referidos tropiezos mayúsculos, y en la segunda presentó -4, con un ‘eagle’ incluido. En total, 73 golpes (+3) y contento por seguir en la pelea de un campo complicado por el ‘rough’, con hoyos durísimos, muy húmedo y que complica la existencia en una ronda que no concluirá el jueves y se desplaza al viernes.
Al cierre de esta crónica, Phil Mickelson lidera la tabla con 67 golpes (-3), con cuatro ‘birdies’ y un ‘bogey’, su mejor arranque en un Open USA desde 1999. Y eso que 24 horas antes asistió al acto de graduación de su hija en otro extremo del país, en Carolina del Sur. El zurdo sacó su teorema familiar: sin entrenar pero cerca de los suyos. Al zurdo le funciona.