El negro luto ha teñido silenciosamente el ámbito del golf durante todo este último año tras la muerte de Severiano Ballesteros. La noticia alcanzó todos los rincones del planeta. El mundo entero lloró y lamentó esta gran pérdida para el deporte mundial. Desde esa fatídica mañana del 7 de mayo de 2011, los homenajes y el recuerdo del gran golfista de Pedreña se reprodujeron en torneos, competiciones, actos oficiales y reuniones durante un año, largo, en el que su huella estuvo siempre presente.
El impacto de su desaparición hizo que los 150 golfistas que se reunieron en Wentworth para disputar el título del Campeonato de la PGA, en mayo de 2011, se vistieran en la segunda ronda polos azul marino, el color que distinguió a Severiano Ballesteros, en uno de los múltiples homenajes en memoria del campeón español.
En julio de 2011, el Abierto Británico que se disputó en Sandwich (sureste de Inglaterra) rindió homenaje al jugador español. Todos los golfistas que participaron en este tercer ‘major’ de la temporada firmaron un libro de recuerdo al golfista que se proclamó campeón del ‘British’ en tres ocasiones (1979, 1984 y 1988).
Además, la organización del Abierto Británico situó fotografías del español en distintos lugares de las instalaciones y publicó un texto en recuerdo del golfista en el programa oficial de la competición.
El Vivendi Seve Trophy, que enfrenta a un equipo continental con otro formado por británicos e irlandeses y que ideó el genio de Pedreña, vivió una edición especial en el año de la muerte de su creador. El torneo se jugó en París, del 15 al 18 de mayo, y los homenajes y actos en recuerdo a Seve se multiplicaron.
El 4 de octubre de ese año, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, encabezó un homenaje en el Club de golf El Encín, sede del Madrid Masters, a Severiano Ballesteros, en un acto al que se sumaron golfistas como José María Olazábal y Gonzalo Fernández-Castaño, entre otros. Aguirre y Javier Ballesteros Botín, el primogénito, descubrieron un monolito en su honor.
En octubre de 2011, el Andalucía Masters rindió un homenaje muy especial a Severiano Ballesteros en el Club de Golf Valderrama, donde conquistó su última Ryder Cup como Capitán en 1997. En el acto de tributo a la figura de Seve y a su gran amigo José Mari Olazábal estuvieron presentes el hijo y el hermano de Seve, Javier y Manuel.
Los actos en memoria del golfista se sucedieron durante los meses posteriores. El silencio generoso de todos sus admiradores quedó roto tras la publicación en el diario «El Mundo» de las desavenencias de los herederos de Seve por su testamento. Según este diario, los hijos de Severiano han impugnado el testamento. Javier, de 22 años, y Miguel, de 20, pleitean en los Tribunales por los derechos de imagen del genial jugador.
Paralelamente, la labor de la Fundación Seve Ballesteros en la lucha contra los tumores cerebrales fue reconocida por el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Científicas), con el descubrimiento de una placa en sus instalaciones que precedió al acto de entrega de un cheque de 100.000 euros para que el CNIO prosiga con sus investigaciones sobre la enfermedad del cáncer.
El destino también quiso que Javier Ballesteros, de 21 años, estudiante de Derecho en Madrid pero un buen jugador ‘amateur’ de golf, debutase la semana pasada en un torneo profesional, en el mismo campo (Sant Cugat) en el que su padre, Seve, se estrenó como profesional en 1974.
«Mi padre me apoyaba constantemente para que jugara al golf. Mi madre también. Ambos siempre me han dicho que lo primero son los estudios y después ya se verá. Lo cierto es que cada día que pasa disfruto más del golf, pero no me planteo retos ni me marco metas. Por ahora quiero disfrutar, pasármelo bien», comentó el hijo de Severiano y nieto de Emilio Botín, quien tras concluir con excelente nota en su debut (decimocuarto a pesar de su condición de ‘amateur’) dedicó este estreno a la memoria de su padre. «Desde arriba me estará viendo», dijo.