No se preocupe si durante este pasado fin de semana pudo ver una especie de helicópteros en miniatura surcando los cielos de Orlando durante la disputa del Arnold Palmer Invitational. No estaba soñando ni se trataba de objetos voladores no identificados. Eran drones, unos pequeños aparatos por control remoto que se están empezando a utilizar en diferentes disciplinas deportivas para conseguir imágenes nunca vistas.
La NBC y Golf Channel dan buena cuenta de ello con esas vistas desde arriba del campo de golf de Bay Hill. Sin embargo, aunque el experimento ha tenido una buena acogida entre los medios de comunicación que cubren el golf, no podremos ver estos aparatos durante la disputa del Masters de Augusta. No se trata de una aversión hacia las nuevas tecnologías, sino una preocupación por la violencia.
La Augusta-Richmond County Commission –órgano que mantiene la jurisdicción sobre la utilización de drones en esta zona del país– ha decidido que, para garantizar la seguridad de todos los asistentes y participantes del evento, mantiene la prohibición sobre cualquier objeto volador que surque los cielos del Augusta National Golf Club del 2 al 13 de abril.
Pese a que la Administración de la Aviación Federal (FAA) mantiene la jurisdicción sobre la utilización de drones, cuando se trata de casos relacionados con la seguridad nacional, esta decisión queda relegada a un comité, que en este caso ha restringido su uso. La comisión apuntó que quiere evitar cualquier posible agresión terrorista en esta prueba, que atrae a un gran número de asistentes, y comparó la magnitud del Masters de Augusta con la Maratón de Boston, donde en 2013 se produjo uno de estos ataques.
Así, el Augusta National Golf Club será una free-zone de drones durante 11 días, con lo que quedarán interrumpidos los experimentos iniciados este fin de semana pasado en el Arnold Palmer Invitational, donde los aviones no tripulados facilitaban a los espectadores fantásticas perspectivas desde otros ángulos donde antes no podía llegar el hombre.