Un día después de que una encuesta revelara que Bubba Watson es el golfista que peor cae entre sus compañeros de profesión el campeón del pasado Masters de Augusta dio un motivo más para justificar dicha elección por sus colegas de trabajo.
Es conocido que en la noche del martes en la semana del Masters el ganador de la edición anterior ejerza de anfitrión ante el resto de ganadores sirviendo la llamada «Cena de Campeones», tradición que se prolonga desde que Ben Hogan la iniciara en 1952.
Dos años después, Bubba Watson no le dio demasiadas vuelta a la cabeza y repitió el menú ofrecido a los Maestros Campeones -entre los que se encontraba José María Olazábal- por su primera victoria: ensalada César, pechuga de pollo a la parrilla con judías verdes, macarrones con queso y puré de patatas, y de postre… tarta con helado de vainilla.
Podrán pensar que es simple y quizás hasta poco apetitoso, pero si tenemos en cuenta que el pasado año Bubba se fue a cenar a un restaurante de comida rápida tras su victoria queda todo dicho. Por cierto, degustar la cena no es de obligado cumplimiento, en caso de que algún invitado no la quisiera siempre les queda la opción de pedir un menú tradicional de pollo, carne y pescado.