Entramos en la recta final para que arranque el US Open, segundo Major del año en el calendario y el primero que se disputa en el noroeste del Pacífico. El estado de Washington será testigo de uno de los eventos más importantes en el mundo del golf y para ello vestirá de gala Chambers Bay, un campo que en apenas ocho meses desde su apertura ha reunido el valor y los requisitos suficientes para postularse como la mejor sede para albergar el campeonato. Y la decisión, aunque polémica, no dejó lugar a discusión: el Abierto de Estados Unidos 2015 iba a disputarse allí.
Chambers Bay es desconocido para la mayoría y muchos jugadores no han podido ni tan siquiera probarlo. Entonces, ¿qué hace a este complejo tan especial? En primer lugar, los hoyos. Chambers Bay ofrece un recorrido poco convencional en el circuito que hará las delicias de los espectadores. Aunque si hay algo por lo que destaque la sede el US Open es por su historia. Y es que carece de ella. Hace apenas diez años la hierba sobre la que se asienta el campo no era más que grava y arena, símbolo de la antigua cantera que hace una década se encontraba en ese mismo lugar.
Además, es el primer campo diseñado en exclusiva para albergar el US Open, tal y como reconoció John Ladenburg, el que fuera político referente del condado de Pierce de 2001 a 2009. El ejecutivo se rodeó de cinco grandes proyectos para la construcción del campo con la idea de ser un referente en el mundo del golf. Trent Jones fue finalmente el encargado de dirigir la difícil tarea de proporcionar a Chambers Bay un Major. Y en 2015 lo ha conseguido.
A simple vista el golfista parece encontrare ante un campo sin terminar. Desigual, irregular, rústico y descuidado serían los adjetivos más utilizados por los profesionales después de un primer vistazo. Sin embargo, esto forma parte del encanto personal del propio Chambers Bay. El binomio entre rareza y sorpresa que se escenifica, por ejemplo, con la inclusión de calles grandes –algunas con más de 91 metros de ancho– donde quedan escondidas numerosas trampas y ángulos difícilmente visibles en otros lugares del mundo.
Dentro de esta rareza encontramos también que este par 70 alternará entre el par 4 y par 5 del primer hoyo y del 18, primer complejo del mundo en hacerlo. “Cuando juguemos el primer hoyo como un par 4 en el 18 habrá un par 5, y viceversa. Esto dice mucho de la increíble flexibilidad en el diseño”, comentaba el propio Jones.
En unos días los mejores golfistas del mundo se darán cita aquí para luchar por un Grande que pinta más disputado que nunca. Numerosas sorpresas aguardan en Chambers Bay, un lugar diseñado para los ases de este deporte.