Parecía que lo tenía en la mano, que su segunda Chaqueta Verde estaba más cerca, pero una vez más el envenenado hoyo 12 del Augusta National dictó sentencia. Jordan Spieth llegaba al tee de ese par 3 con tres golpes de ventaja sobre Danny Willett y salía del mismo con uno de desventaja a consecuencia de enviar dos bolas al agua. El resultado, un dolorosísimo cuádruple bogey (7) y todo el trabajo tirado por la borda.






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