1988 fue el año en el que Seve Ballesteros conquistaba su tercera Jarra de Clarete y su quinto y último Grande. El genio de Pedreña lo hacía por segunda vez en Royal Lytham y ese día era lunes ya que el torneo tuvo que ser aplazado a consecuencia del mal tiempo. Seve partía con dos golpes de desventaja respecto a Nick Price al comienzo del día y terminó con un 65 y dos de ventaja respecto al sudafricano. “Fue la vuelta más grande de mi carrera”, diría el cántabro más tarde.