Muy cerca ha estado esta primera jornada de The Open Championship de ser recordada durante mucho tiempo como la ronda en la que se fraguó la vuelta más baja de la historia de un Major.
Phil Mickelson (-8) tenía ante sí una oportunidad única, solo cinco metros le separaban de la gloria en el green del hoyo 18. El estadounidense respiró hondo, patteó y… una corbata le privó de un récord que hubiese sido incluso difícil de igualar. “Oh, my God” repetía con insistencia el zurdo de San Diego. El norteamericano tuvo que conformarse con igualar los registros de otros 20 jugadores –desde Johnny Miller en el US Open de 1973 hasta Jason Dufner en el PGA de 2013-, que tampoco está nada mal.
Lefty empezó de manera fulgurante su andadura hacia su sexto Major con cuatro birdies en sus primeras nueve banderas. Pero lo mejor estaba por llegar. Mickelson igualó este registro en la parte final de su vuelta, unos hoyos con un nivel de exigencia altísimo en comparación con los que le dieron la bienvenida a Royal Troon. Él no se achantó. Birdie en el 10 –el segundo más difícil del día-, en el 14, en el 16 y en el 17 para un -8 increíble con el que se separa tres golpes del teutón Martin Kaymer (-5) y su compatriota Patrick Reed (-5), máximos perseguidores.
No hemos de bajar mucho más de estos dos últimos jugadores para encontrarnos con los primeros vestigios de la presencia de la Armada. Sergio García (-3) y Rafa Cabrera-Bello (-3), nuestros dos representantes de cara a la cita en Río de Janeiro, supieron sortear los primeros 18 hoyos con algún que otro sobresalto y ya coquetean con las diez primeras posiciones. El canario se mantuvo firme en todo momento y solo los hoyos 10 y 11 pudieron frenarle con sendos bogeys, mientras que el castellonense pudo arrancarle hasta seis birdies al campo pero cometió tres errores puntuales que dieron al traste con las posibilidades de tenerle en el Top 10.
El que también ha cuajado unos grandes 18 hoyos es el malagueño Miguel Ángel Jiménez (Par) -y eso que el Pisha comenzó con dos bogeys los dos primeros hoyos de su vuelta-. Además, con el andaluz se ha vivido una situación la mar de extraña: ¡ha jugado mejor los últimos 9 –los teóricamente más difíciles- que los primeros 9 –donde muchos se han hinchado a birdies-! Muestra de ello es el tremendo eagle del hoyo 16 con el que miraba a los ojos a Royal Troon, faena que completó con el birdie en el par 3 del hoyo siguiente.
Precisamente uno de los que tuvo que lidiar con la parte final del recorrido es el granadino Scott Fernández (+1) que, sin embargo, consiguió el aplomo suficiente para seguir rondando el par en su cartulina y las posibilidades de pasar el corte son una auténtica realidad para el joven golfista.
Jon Rahm (+3), el primero de los nuestros en salir al campo, pagó la novatada de vérselas con un campo de la exigencia del complejo escocés y necesitará una gran vuelta el viernes para seguir disfrutando de un The Open Championship que no ha hecho nada más que empezar.