Jordan Spieth sufrió en sus carnes la crudeza de los bunkers de Royal Liverpool durante la segunda jornada del Open Championship. El joven estadounidense realizó su tercer golpe desde uno de los bunkers del hoyo 10, par 5. Cuando todo parecía que se había realizado correctamente la bola comenzó a trazar un círculo de tal forma que parecía ser atraída por una fuerza invisible.





